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Phishing


Es un término informático que denomina un tipo de delito encuadrado dentro del ámbito de las estafas cibernéticas, y que se comete mediante el uso de un tipo de ingeniería social caracterizado por intentar adquirir información confidencial de forma fraudulenta (como puede ser una contraseña o información detallada sobre tarjetas de crédito u otra información bancaria). El estafador, conocido como phisher, se hace pasar por una persona o empresa de confianza en una aparente comunicación oficial electrónica, por lo común un correo electrónico, o algún sistema de mensajería instantánea o incluso utilizando también llamadas telefónicas.

Dado el creciente número de denuncias de incidentes relacionados con el phishing, se requieren métodos adicionales de protección. Se han realizado intentos con leyes que castigan la práctica y campañas para prevenir a los usuarios con la aplicación de medidas técnicas a los programas.

Historia del phishing

El término phishing proviene de la palabra inglesa "fishing" (pesca), haciendo alusión al intento de hacer que los usuarios "piquen en el anzuelo". A quien lo practica se le llama phisher. También se dice que el término "phishing" es la contracción de "password harvesting fishing" (cosecha y pesca de contraseñas), aunque esto probablemente es un acrónimo retroactivo, dado que la escritura 'ph es comúnmente utilizada por hackers para sustituir la f, como raíz de la antigua forma de hacking telefónico conocida como phreaking.

La primera mención del término phishing data de enero de 1996. Se dio en el grupo de noticias de hackers alt.2600, aunque es posible que el término ya hubiera aparecido anteriormente en la edición impresa del boletín de noticias hacker "2600 Magazine". El término phishing fue adoptado por quienes intentaban "pescar" cuentas de miembros de AOL.

Phishing en AOL
Quienes comenzaron a hacer phishing en AOL durante los años 1990 solían obtener cuentas para usar los servicios de esa compañía a través de números de tarjetas de crédito válidos, generados utilizando algoritmos para tal efecto. Estas cuentas de acceso a AOL podían durar semanas e incluso meses. En 1995 AOL tomó medidas para prevenir este uso fraudulento de sus servicios, de modo que los crackers recurrieron al phishing para obtener cuentas legítimas en AOL.

El phishing en AOL estaba estrechamente relacionado con la comunidad de warez que intercambiaba software falsificado. Un cracker se hacía pasar como un empleado de AOL y enviaba un mensaje instantáneo a una víctima potencial. Para poder engañar a la víctima de modo que diera información confidencial, el mensaje podía contener textos como "verificando cuenta" o "confirmando información de factura". Una vez el usuario enviaba su contraseña, el atacante podía tener acceso a la cuenta de la víctima y utilizarla para varios propósitos criminales, incluyendo el spam. Tanto el phishing como el warezing en AOL requerían generalmente el uso de programas escritos por crackers, como el AOLHell.

En 1997 AOL reforzó su política respecto al phishing y los warez fueron terminantemente expulsados de los servidores de AOL. Durante ese tiempo el phishing era tan frecuente en AOL que decidieron añadir en su sistema de mensajería instantánea, una línea de texto que indicaba: "no one working at AOL will ask for your password or billing information" ("nadie que trabaje en AOL le pedirá a usted su contraseña o información de facturación"). Simultáneamente AOL desarrolló un sistema que desactivaba de forma automática una cuenta involucrada en phishing, normalmente antes de que la víctima pudiera responder. Los phishers se trasladaron de forma temporal al sistema de mensajería instantáneo de AOL (AIM), debido a que no podían ser expulsados del servidor de AIM. El cierre obligado de la escena de warez en AOL causó que muchos phishers dejaran el servicio, y en consecuencia la práctica.

Intentos recientes de phishing:

Los intentos más recientes de phishing han tomado como objetivo a clientes de bancos y servicios de pago en línea. Aunque el ejemplo que se muestra en la primera imagen es enviado por phishers de forma indiscriminada con la esperanza de encontrar a un cliente de dicho banco o servicio, estudios recientes muestran que los phishers en un principio son capaces de establecer con qué banco una posible víctima tiene relación, y de ese modo enviar un e-mail, falseado apropiadamente, a la posible víctima. 

En términos generales, esta variante hacia objetivos específicos en el phishing se ha denominado spear phishing (literalmente pesca con arpón). Los sitios de Internet con fines sociales también se han convertido en objetivos para los phishers, dado que mucha de la información provista en estos sitios puede ser utilizada en el robo de identidad. Algunos experimentos han otorgado una tasa de éxito de un 90% en ataques phishing en redes sociales. A finales de 2006 un gusano informático se apropió de algunas páginas del sitio web MySpace logrando redireccionar los enlaces de modo que apuntaran a una página web diseñada para robar información de ingreso de los usuarios.

La mayoría de los métodos de phishing utilizan alguna forma técnica de engaño en el diseño para mostrar que un enlace en un correo electrónico parezca una copia de la organización por la cual se hace pasar el impostor. URLs mal escritas o el uso de subdominios son trucos comúnmente usados por phishers, como el ejemplo en esta URL, http://www.nombredetubanco.com/ejemplo. Otro ejemplo para disfrazar enlaces es el de utilizar direcciones que contengan el carácter arroba: @, para posteriormente preguntar el nombre de usuario y contraseña (contrario a los estándares). Por ejemplo, el enlace http://www.google.com@members.tripod.com/ puede engañar a un observador casual y hacerlo creer que el enlace va a abrir en la página de www.google.com, cuando realmente el enlace envía al navegador a la página de members.tripod.com (y al intentar entrar con el nombre de usuario de www.google.com, si no existe tal usuario, la página abrirá normalmente). Este método ha sido erradicado desde entonces en los navegadores de Mozilla e Internet Explorer. Otros intentos de phishing utilizan comandos en JavaScripts para alterar la barra de direcciones. Esto se hace poniendo una imagen de la URL de la entidad legítima sobre la barra de direcciones, o cerrando la barra de direcciones original y abriendo una nueva que contiene la URL ilegítima.

En otro método popular de phishing, el atacante utiliza contra la víctima el propio código de programa del banco o servicio por el cual se hace pasar. Este tipo de ataque resulta particularmente problemático, ya que dirige al usuario a iniciar sesión en la propia página del banco o servicio, donde la URL y los certificados de seguridad parecen correctos. En este método de ataque (conocido como Cross Site Scripting) los usuarios reciben un mensaje diciendo que tienen que "verificar" sus cuentas, seguido por un enlace que parece la página web auténtica; en realidad, el enlace está modificado para realizar este ataque, además es muy difícil de detectar si no se tienen los conocimientos necesarios.

Otro problema con las URL es el relacionado con el manejo de Nombre de dominio internacionalizado (IDN) en los navegadores, puesto que puede ser que direcciones que resulten idénticas a la vista puedan conducir a diferentes sitios (por ejemplo dominio.com se ve similar a dοminiο.com, aunque en el segundo las letras "o" hayan sido reemplazadas por la correspondiente letra griega ómicron, "ο"). Al usar esta técnica es posible dirigir a los usuarios a páginas web con malas intenciones. A pesar de la publicidad que se ha dado acerca de este defecto, conocido como IDN spoofing o ataques homógrafos, ningún ataque conocido de phishing lo ha utilizado.

Lavado de dinero producto del phishing:

Actualmente empresas ficticias intentan reclutar teletrabajadores por medio de e-mails, chats, irc y otros medios, ofreciéndoles no sólo trabajar desde casa sino también otros jugosos beneficios. Aquellas personas que aceptan la oferta se convierten automáticamente en víctimas que incurren en un grave delito sin saberlo: el blanqueo de dinero obtenido a través del acto fraudulento de phishing.

Para que una persona pueda darse de alta con esta clase de empresas debe rellenar un formulario en el cual indicará, entre otros datos, su número de cuenta bancaria. Esto tiene la finalidad de ingresar en la cuenta del trabajador-víctima el dinero procedente de estafas bancarias realizadas por el método de phishing. Una vez contratada, la víctima se convierte automáticamente en lo que se conoce vulgarmente como mulero.

Con cada acto fraudulento de phishing la víctima recibe el cuantioso ingreso en su cuenta bancaria y la empresa le notifica del hecho. Una vez recibido este ingreso, la víctima se quedará un porcentaje del dinero total, pudiendo rondar el 10%-20%, como comisión de trabajo y el resto lo reenviará a través de sistemas de envío de dinero a cuentas indicadas por la seudo-empresa.

Dado el desconocimiento de la víctima (muchas veces motivado por la necesidad económica) ésta se ve involucrada en un acto de estafa importante, pudiendo ser requerido por la justicia previa denuncia de los bancos. Estas denuncias se suelen resolver con la imposición de devolver todo el dinero sustraído a la víctima, obviando que este únicamente recibió una comisión.

Fases:

En la primera fase, la red de estafadores se nutre de usuarios de chat, foros o correos electrónicos, a través de mensajes de ofertas de empleo con una gran rentabilidad o disposición de dinero (hoax o scam). En el caso de que caigan en la trampa, los presuntos intermediarios de la estafa, deben rellenar determinados campos, tales como: Datos personales y número de cuenta bancaria.

Se comete el phishing, ya sea el envío global de millones de correos electrónicos bajo la apariencia de entidades bancarias, solicitando las claves de la cuenta bancaria (PHISHING) o con ataques específicos.

El tercer paso consiste en que los estafadores comienzan a retirar sumas importantes de dinero, las cuales son transmitidas a las cuentas de los intermediarios (muleros).

Los intermediarios realizan el traspaso a las cuentas de los estafadores, llevándose éstos las cantidades de dinero y aquéllos —los intermediarios— el porcentaje de la comisión.

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